domingo, 26 de julio de 2009

Marilyn Manson, enamorado de Lady GaGa

Se conocieron remixándose el uno al otro, y el Reverendo se muere por salir con la nueva diva. Conocé la curiosa historia.

Si alguna vez le interesa, hay un hombre en la vida de Lady Gaga que se anota en prácticamente todo lo que ella quiera hacer: su nombre es Marilyn Manson, y está soltero desde hace un tiempito. Las dos estrellas se conocieron no hace mucho, cuando grabaron remixes de los singles del otro, y se hicieron muy amigos. Pero cuando Manson aparece en la sesión de fotos para esta nota, una noche de lunes, tarde, con un vaso de ajenjo en la mano y un asistente filmándolo con una cámara Flip, deja divertidamente en claro cuánto le gustaría conocerla mucho mejor. "Quiero ser ese tipo", dice en el camarín de Gaga cuando ella pone su elegante e imaginativo video nuevo de "Paparazzi", que la muestra a los besos con un modelo musculoso. "Quiero entrarte hasta el fondo, Lady", dice Manson.

Gaga se ríe, apoyándose en su hombro. Manson señala una percha de alambre que está en un estante. "Vas a necesitar eso después para el aborto." Otra risa. "Te voy a hacer un examen de cuello de útero", le ofrece unos minutos después.

Entre terroríficas frases de levante, Manson habla de Gaga como artista: "Me impresionaron mucho sus fotos en las revistas de chimentos. Pensé que se veía como deben verse las estrellas de rock, tan excitante como algo que haría Warhol o Dalí. Y no creo que ella sea similar a sus contemporáneas, esas chicas que hacen música pop, simplemente porque ella sabe con exactitud lo que está haciendo. Es muy inteligente, no se está vendiendo, es una gran compositora, una gran cantante, y se ríe cuando lo hace, de la misma manera en que lo hago yo".

Gaga creció en el confort de la zona oeste de Manhattan, estudiando música clásica y trabajando con la entrenadora vocal de Christina Aguilera. Su papá, un ex músico de una banda de pub, la crió escuchando discos de Bruce Springsteen, y ella fue cantante de una banda de covers de rock clásico en su primer año del secundario en el católico y ultra exclusivo Convento del Sagrado Corazón de Nueva York. "Conocí unos cuantos chicos lindos con guitarras, y quería tener sexo con hombres más grandes que ya estaban en quinto año", sigue.

Durante su paso como estudiante de la NYU cantó en una banda glam, mientras comenzaba a componer y tocar canciones heavy en piano, que, depende a quién le pregunten, sonaban como Tori Amos, los Beatles, Elton John, Queen u Otis Redding. "Eso era lo que más me gustaba, las cosas increíblemente emocionales y cinematográficas que transmite con su voz", dice Lady Starlight, colaboradora clave de los primeros días, y personaje de la escena de Nueva York. Estos tracks tan distintos le valieron a Gaga su primer y efímero contrato con Island Def Jam, y todavía muestra esa faceta en los segmentos de piano de sus shows en vivo.

Pero Gaga empezaba a sentir que su propia música era aburrida. "Estaba en plan «si no fuera mío, no escucharía esto. Me aburriría en este show»", dice. "Era como un bebé que está empezando a caminar. En un momento empecé a oler mi propia mierda y no me gustó." Una canción inspirada en Prince llamada "Beautiful, Dirty, Rich" fue el quiebre. Con su ritmo de hip-hop y su hipnótico canto hablado, abrió nuevas posibilidades para la pista de baile. "Siempre me gustó la música pop", dice Gaga, que define el género muy por arriba. Recita sus canciones "pop" favoritas de todos los tiempos: "Whole Lotta Love" de Led Zeppelin, "Oh, Darling" de los Beatles, "Hold On" de Wilson Phillips, "T.N.T." de AC/DC y "Rebel Rebel" de David Bowie.

Incluso después de haber escuchado "Beautiful, Dirty, Rich," los ejecutivos de Def Jam la cajonearon. "No lo entendieron", dice ella. Luego de unos meses de desesperanza, comenzó a trabajar con RedOne, un productor sueco-marroquí amante de los sintetizadores, y encontró un nuevo contrato, esta vez con Interscope. En una sola semana, ella y RedOne compusieron y grabaron los primeros tres singles de su disco: "Just Dance", "Poker Face" y "Lovegame". Gaga recuerda: "Me sentí muy libre, y no había nada que se interpusiera en mi camino".